El dolar después de Redrado

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Su alejamiento del BCRA dejó al Gobierno “maniatado” para ajustar el tipo de cambio. Hace seis meses que la cotización no se mueve, mientras la inflación trepó 13% en ese lapso. Pero ahora no puede corregir tal atraso, por el pánico que generaría.

La caída en el precio de los bonos, el embargo que recayera sobre el Banco Central, la dilación del canje de la deuda y el deterioro en la imagen de algunos funcionarios son parte de la factura que el Gobierno deberá pagar por esta nueva crisis política.

Pero hay un costo del que se habla poco, y que posiblemente se encuentre entre los más dañinos a lo largo del año: la pérdida de margen de maniobra para mover la cotización del dólar.

Sucede que, en situaciones de incertidumbre, el reflejo condicionado del ahorrista argentino es mirar el precio de la divisa, e interpretar cualquier movimiento al alza como una señal de que hay problemas.

Concientes de esta situación, cada vez que pueden los funcionarios del Gobierno han intentado transmitir sensación de calma.

Y es aquí dónde se presenta una suerte de encrucijada:

Si se ajusta en el corto plazo, puede despertar el temor de gran parte de la sociedad, que asociará dicho repunte al cambio de autoridades del Banco Central.

Si no se ajusta, la divisa quedará cada vez más retrasada. Y es aquí donde surge un dato clave: la franja en la que cotiza actualmente es la misma que hace seis meses. Y en ese lapso la inflación real escaló un 13%, según da cuenta inflaciónverdadera.com, un sitio especializado que es tomado como referencia por diversos analistas locales e internacionales

Es así como el tipo de cambio ha quedado “rehén” de una crisis política que le ha quitado margen de acción a las propias autoridades para acompañar no sólo la evolución de la suba de precios sino además la situación de otras monedas, como el real (que comenzó a depreciarse) o el dólar en el mundo (que inició su carrera ascendente frente a otras monedas).

La pregunta sobre quién ajustará el precio del billete verde, cuándo y de qué manera lo hará promete convertirse en el eje de discusión. Más aun, teniendo en cuenta el condicionante de que el país ostenta el 3° lugar en el ranking de inflación mundial.

Este reconocimiento de que hay “un alto grado de dependencia” por un tipo de cambio casi inmóvil – si es que no se quiere generar pánico entre la gente – hace que se profundicen las distorsiones.

Una situación que contrasta fuertemente con la que ocurre en otros territorios, donde la cotización de la divisa puede fluctuar bruscamente en cuestión de días sin que haya el menor riesgo de una corrida cambiaria.

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