Si bien todavía no hay mucha certidumbre sobre lo que puede ocurrir con el euro en la eurozona, el punto a considerar es cómo podría impactar en la economía argentina una eventual desaparición de euro.
Cuando en enero de 1999 Brasil devaluó el real, se produjo una crisis de magnitud en la economía argentina. Ese año se entró en recesión luego de haber superado la crisis del sudeste asiático (1997) y la del default ruso (1998), recordando que la crisis del tequila (1995) también tuvo su impacto sobre la economía doméstica.
Como sabemos la crisis del 2009 tuvo su origen en la distorsión de una variable clave de la economía como es la tasa de interés, y esto podemos visualizarlo en la evolución de las tasas de interés tanto en EE.UU. como en la UE desde 2001 en adelante. Esa manipulación en la tasa de interés generó una ineficiente asignación de recursos. Una vez que los bancos centrales distorsionan las tasas de interés y se produce la ineficiente asignación de recursos el costo de corregir esas distorsiones pasa a ser inevitable.
Uno de los motivos, entre varios, por el cual el euro puede desaparecer es que los contribuyentes alemanes se cansen de financiar los desequilibrios de las economías de Grecia, Irlanda y, eventualmente, España, que es el gran interrogante en el corto plazo. Las deudas de Grecia e Irlanda son mondas en comparación con el caso español.
Ahora bien, a los gobiernos europeos les está resultando bastante complicado asumir el costo político de bajar el gasto en términos nominales. La opción que tienen es hacer una especie de default de la deuda, o estirar sus plazos o bien hacer una mezcla de ambas cosas.
Otra opción es, devaluar el euro y generan un proceso inflacionario en toda la UE, o la mayoría de sus países o todos salen del euro, vuelven a sus monedas originales y financian el gasto con inflación, que no es otra casa que devaluar sus monedas.
Por definición esas devaluaciones generarían una caída del ingreso real de los españoles, italianos, franceses, etc, entonces, a los europeos les resultaría más difícil importar bines. Lo mismo que pasó en Argentina cuando se devaluó en 2002 y hubo un efecto sustitución de importaciones, algo que ya está agotado.
Actualmente, el 16% de las exportaciones argentinas tiene como destino la UE. En primer lugar está el Mercosur, fundamentalmente Brasil, donde va el 25% de las exportaciones argentinas, luego el sudeste asiático, China, India y Japón que absorben el 19% de las exportaciones Argentinas y en tercer lugar la UE con el 16% mencionado. Esto significa que podría haber un impacto no menor sobre la economía argentina si en Europa desapareciera el euro y cada país intentará solucionar sus problemas fiscales y de endeudamiento vía devaluaciones.
Conclusion: no deberia resultarnos indiferente la desaparicion del euro, dado el flujo comercial entre Argentina y la UE y una devaluación generalizada en la UE podría tener un efecto similar, al que en 1999 tuvo sobre la economía argentina la devaluación brasileña.
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